Y se va un año de cambios...de matices y de extremos.
Nada fue normal o mejor dicho conocido. Cuando empezó era tan difuso, tan incierto.
A veces pensé no poder, el vivir en mis zapatos se hizo tan pesado. Reconocer que no tenia las respuestas si no más bien una maleta de preguntas que cargaba conmigo a escondidas tras una sonrisa fresca acompañada siempre de un comentario elocuente.
Debo admitir que reconocerme fue muy difícil, me sentí desnuda, sola y sin herramientas. Carente de recursos frente a un mundo que no se detenía a mirarme o a tenderme una mano. De a poco hubo que recomponer fragmentos de una historia que seguía escribiéndose sobre la marcha y que acelerada me obligaba a desprenderme de todo y comenzar otra vez.
De a poco empecé a entender que todo lo que sucedía era también por que yo lo había querido así. No podía proyectar ni descansar mis culpas sobre nadie y fue ahí donde comprendí. Recuerdo esa noche, ese vino y ese dolor de guata como si fuera ayer.
Desde ese momento todo comenzó a cambiar. Nació en mi una garra indescriptible acompañada de nuevos sentidos para disfrutar este renacer. Era como una guagua quería probarlo todo, volver significar, retomar amistades y reconocer lugares.
Fue un viaje mágico e indescriptible. Lleno de colores, sabores y sonidos nuevos. Pero aun que el proceso fue personal el camino no lo recorrí sola. Tanta gente que me acompañó y señaló por donde seguir. Tantos hombros en los que descansé cuando me sentí cansada. Muchas palabras de aliento que avivaron mis ganas de seguir y aperrar.
Me enamoré de lo que hago, por años estuve convencida que me había equivocado, que no era lo mio. Estaba tan equivocada...cuantas satisfacciones me dio mi vocación, triunfos que atesoró cual medallas olímpicas jajaja aun que suene graciosos así es.
Al final resumo que me amo y que como una personilla me lo dijo años atrás yo también me prefiero así:
"Ni devota ni sumisa, yo te quiero así: libre, linda y loca"
No podría ser de otra manera...es mi esencia y me encanta!
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