He de confesar que quedarme sin copito no fue del todo malo. Descubrí que amo caminar por santiago, escuchando música y mirando gente. Es mi terapia, logro pensar y relajarme.
El paisaje en esta época del año es muchísimo más agradable, más bonito. Como de película clásica, todo cliché otoñal que existe los puedes encontrar caminando por lyon: las hojas, el viento y los enamorados.
En fin....no se si solo es el paisaje....puede ser que ahora vea las cosas con otros ojos.
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