jueves, 20 de enero de 2011

Ellos

Después de unas copas y un par de juegos borrachos las defenzas bajan, los sentimientos afloran y todo parece un poco fuera de control. Además, la briza marina parecía alimentar la atmósfera volviéndola aun más cómplice de lo que estaba sucediendo. 

Una pareja de desconocidos comenzaban a escribir una historia que nadie tenia en sus planes. Risas por aquí , bromas por acá hacían la conversación cada vez más amena y dejaban en evidencia una innegable atracción que todos notaron de inmediato menos los involucrados, por lo menos no a viva voz. 

Él parecía ser un tipo tranquilo, elocuente y gracioso. Su voz envolvente captaba su atención . 

-¿Habrá notado que lo estoy mirando? Espero que no, en esto de simular, al parecer, no soy muy buena. Es que no puedo evitarlo. Hay algo en él que no deja de llamarme la atención.

Sin darse cuenta se seguían por todo el lugar. Al notar su vaso vacío, él abrió una botella de vino y le sirvió una copa, quizás para evitar que la noche terminara. Aun que estaban acompañados por el resto no hacían  más que mirarse y reírse de los demás.

Luego de un rato perdió su rastro. Quiso que no le importara pero otra vez, sin darse cuenta, lo buscaba por todo el lugar. Lo encontró sentado, solo y a oscuras en una habitación. Le pregunto si todo estaba bien y él respondió que si, no dijo nada más, se despidió con beso en su mejilla y se fue a dormir.

Al día siguiente todo parecía confuso. La noche anterior había generado en ella ecos que no estaban antes ahí. No entendía como pero tenía la certeza absoluta que él se había metido en ella y al parecer no se movería de ahí.




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